El glaucoma es una dolencia visual que le va hurtando al ojo la capacidad de ver de modo gradual. Lo peculiar de esta enfermedad ocular denominada glaucoma, es que no tiene síntomas evidentes, y que puede dar lugar a pérdida de la capacidad de ver muy repentinamente. En efecto, a menos que se trate a tiempo, y de manera apropiada, el glaucoma ocular puede ser causante de ceguera. No obstante no hay que alarmarse, ya que las personas que efectúan controles periódicos en organizaciones oftalmológicas serias como Salud Ocular, pueden contar con la inmensa ventaja de la detección temprana y el correcto tratamiento, pudiendo de este modo preservar su visión.

A la pregunta “¿qué es el glaucoma ocular?” debe responderse de este modo: es una enfermedad de la visión a partir de la cual se tapa el mecanismo de drenaje normal del ojo, con lo cual el fluido que yace al interior se ve imposibilitado de drenar. Esta sería la definición. Con esto respondemos qué es el glaucoma, y más adelante repasaremos sus síntomas. De tal suerte, al acumularse, se incrementa la presión dentro de ojo, lo cual provoca un daño del nervio óptico (conformado por infinidad de fibras nerviosas súper sensibles), lo cual a su vez conduce a la pérdida de la capacidad de ver. Si usted deseaba saber qué es un glaucoma ocular, esta es una definición aproximada y certera. Es decir: al haber glaucoma neovascular, se daña el nervio óptico.

La elevada presión intraocular es un elemento crucial o factor de riesgo en el origen de esta patología. Es definitivamente la central entre las causas del glaucoma. Pero tampoco es condición sinne qua non: hay personas con elevada presión a nivel ocular que no desarrollan glaucoma en el ojo. Y aunque no es para nada común, de hecho existen casos de personas que desarrollan el glaucoma ocular sin que exista este incremento de presión intraocular, ni que se evidencien otros síntomas del glaucoma.

Sintomas del Glaucoma

Los síntomas de glaucoma ocular que llevan por lo común a plantear un tratamiento a veces no son fáciles de advertir. Tampoco los son a veces sus causas. Por ejemplo en el tipo de glaucoma conocido como de ángulo abierto, no existen síntomas evidentes, al menos en el inicio. No hay daño en la visión, ni tampoco dolor evidente. No obstante, si no hay detección temprana y tratamiento, el individuo comienza a advertir problemas en la vista, y empieza a perder paulatinamente la visión periférica o lateral. Más adelante también puede haber deterioro de la visión central, e incluso perderse totalmente.

Si bien puede haber glaucoma en ambos ojos, o en uno solo, lo habitual es que al comienzo el incremento de la presión se despliegue en un único ojo. La realidad es que fuera de los mencionados, no hay otros síntomas del glaucoma relacionados con molestias o dolor. Sin embargo, hay ciertas clases de glaucoma que provocan síntomas como pérdida de la visión repentina, vómito y náuseas, dolor en la cabeza y en los ojos, visión borrosa, surgimiento de halos de tipo arcoiris en torno a luces encendidas, etc.

Glaucoma Agudo

Si bien el glaucoma de ángulo abierto es el tipo más frecuente, existen otras clases, como por ejemplo el glaucoma de tensión baja (cuando el nervio óptico está dañado y también hay problemas con la visión lateral, pero la presión intraocular es normal). Por su parte el glaucoma de ángulo cerrado o estrecho se da cuando el líquido de la porción frontal del ojo no llega salir por el ángulo, debido a un bloqueo por parte del iris, y constituye una situación de emergencia, con potencial pérdida de la visión en breve si no se efectúa muy rápidamente el tratamiento del glaucoma. En estos casos, para atacar el glaucoma agudo, el tratamiento sugerido es una operación o cirugía veloz de glaucoma con láser, a lo que suman ciertos medicamentos. Con ello es factible despejar el área bloqueada, y preservar la visión de la persona.

Por otra parte se llama glaucoma congénito a aquel glaucoma infantil en el que los chicos ya vienen al mundo con una imperfección en el ojo, más concretamente en el ángulo, que aletarga el normal drenaje del líquido intraocular. En estos casos, alarmados, los papis preguntan “¿cómo se cura el glaucoma?”, y si existe un tratamiento natural o gotas para glaucoma. La realidad es que en estos casos se sugiere recurrir a cirugía, ya que los efectos de los medicamentos no son del todo conocidos en los niños pequeños, y en cambio la operación es eficaz y segura.

Finalmente, se denomina glaucoma neovascular al que está vinculado con la diabetes, y suele tratarse con cirugía (convencional o láser) y medicamentos.

Las personas con más posibilidades de padecer un glaucoma son las que superan los 60 años de edad, individuos con edad avanzada de ascendencia hispana; también las personas que tengan parientes que lo hayan padecido, las personas de ascendencia africana, los diabéticos, los miopes y la gente que utiliza esteroides durante mucho tiempo. Si usted desea controlarse o atenderse por un problema de glaucoma en Buenos Aires, o en CABA (por ejemplo en los barrios de Lugano, San Cristóbal, Barrio Norte o Devoto), ¡comuníquese con nuestros asesores ya!

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